lunes, 29 de noviembre de 2010

Patrick

El hombre lobo, sentado allí en el sofá del salón del apartamento de su amiga y compañera de fechorías en aquel infame grupo, dio un largo trago al tercio que le había servido.

-¿Qué es eso de los nombres?

-¿Qué quieres decir?

-Antes has llamado a una de ellas Slash. ¿He oído mal?

-No, claro que no.-Dijo con una sonrisa en los labios-Es Slash, sí. Pero mi favorita, sin lugar a dudas, es Janis. La roja y negra.

Jason echó a reír mientras dejaba la bebida en la mesita.

-Vamos, no me jodas. ¿Le pones nombre a las guitarras?

-Claro, ¿Qué tiene de gracioso? Ni que tuviera que avergonzarme de ello.-La mirada de Álex estaba prácticamente sentenciando al lobo negro.

-No, claro que no… Pero es cómo si las tratases cómo personas.

-Y así es-Ahora era ella quien daba el largo trago al tercio, más largo incluso que él-Es una manera de enfatizar mi amor hacia lo que creo con ellas. Una manera de agradecerles que con ellas sea capaz de vibrar, hacer sonar esas notas, sentir la música… Ya sabes. Joder, estás en mi grupo, y te preguntas por esas chorradas.-Cuando dejó la botella de cristal, sonó con un golpe seco.

-Es sólo que nunca me lo había planteado-Hizo una pausa demasiado larga, mirándola directamente a sus ojos de color miel. Ella dudaba de lo que el bajista le iba a decir-Realmente estás muy sola, ¿Verdad Álex?

La benjamina de los Fuzzy Fangs suspiró largamente, desviando la mirada hacia la pared dónde habían dejado los instrumentos. Miró fijamente el bajo de Jason, aquel larguirucho bajo frío de color gris difuminado, tan frío y seco que se acababa convirtiendo en ese desolador negro. Pensó, no obstante, que le iba bien a Jason. Se levantó y fue directa hacia él. Lo retiró del apoyador y se lo colgó ella misma, a espaldas del lobo negro, que la miraba con curiosidad mientras remataba ese tercio. Entonces, suavemente, con sus dedos finos y ágiles de guitarrista, acarició las resistente y gordas cuerdas del bajo. Hizo un leve sonido apagado. Trató de tocar unos acordes, y luego paró. Se giró hacia Jason con un rostro preocupado.

-¿Sabes? Le falta algo.-Dijo con cierto retintín.

-¿Qué?

Entonces, descolgó al compañero del bajista y lo dejó caer entre sus brazos. Este, dubitativo, lo recogió a duras penas y casi se levantó. Mejor dicho lo hizo, intercalando miradas entre la loba y su fiel compañero, mientras esta cogía las botellas vacías y se dirigía a la cocina del apartamento.

-Voy a por otra. ¿De verdad no te sugiere nada?

Y mientras estaba en la cocina, Jason miró casi embobado al grisáceo amigo, a aquel mástil viejo y largo que tantos momentos le había brindado, tantas noches había dejado caer su confianza en él. Tantos sueños le había hecho vivir cuando perdía las ganas de dormir, repentinamente.

-Patrick.-Dijo, rápido y seco, y no lo volvió a repetir. Sólo lo miró una vez más, parpadeando, y sonrió. Era una tontería, pero notó como quizá ese algo aparecía. Él también parecía algo más contento. Sabía que tenía ganas de bailar.
Álex entro entonces con otra ronda de cervezas que dejó sobre la mesita y miró arqueando una ceja a Jason cuando este se había colgado el bajo, preparado para tocar.

-Has dicho que Maggie no viene hoy a dormir, ¿No?

-Sí, se va con un amigo…

-Pues sigamos tocando, ya beberemos más tarde.

Álex sonrió. Había despertado una sensación vital en ella. De todos los del grupo, la loba caoba era la que más disfrutaba con el instrumento en sí, con el sonar de esos ritmos artísticamente creados con pasión como el amor de un lobato a su inconfundible luna. Se colgó a Janis, y le ofreció los cables del amplificador a Jason.

No se dijeron nada y tocaron durante prácticamente una hora. Era el mejor de los ensayos que habían hecho esta semana, tan sólo guitarra y bajo, aliados perfectos bajo aquella noche y silenciosa. Janis y Patrick se llevaban ahora estupendamente, sobre todo cuando la vívida guitarra por fin supo la identidad de su reservado y tranquilo compañero, como un signo de confianza. Jason parecía haber notado eso, y tocó mejor que de costumbre, dejándose llevar en sus ritmos por los rápidos y frenéticos riffs que surgían de los dedos de Álex al abrazar de lleno a Janis. Cuando terminaron, aún se quedaron en silencio durante unos minutos más. Se miraron al desconectar los instrumentos y dejarlos de nuevo en su reposo, uno al lado del otro.

-Se han calentado las cervezas.-Dijo el lobo negro.

-No importa, he comprado unas cuantas más. Si quieres…

Jason la miró esta vez con otros ojos, deseando que lo dijera.

-Si quieres puedes quedarte esta noche y tocamos un poco más. Este piso es muy aburrido cuando está vacío y a Margaret no le va a importar que uses su cama, o el sofá. Aunque por tu mirada diría que has perdido el sueño…

-Genial-Contestó de buena gana el bajista-Además, supongo que ya lo habrás notado, pero Patrick no tiene, para nada, ganas de volver a dormirse.

4 comentarios:

  1. Genial Jorge!! Me gusta mucho!^^
    Y Slash rules!:D

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  2. De lo mejor que has escrito en mucho tiempo guapo, asi de claro te lo digo :). Me ha parecido precioso. Se nota que este lo has hecho AGUSTO. Super fluido, detalles justos, entendible con solo unas leves descripciones...Genial guapo! Has creado un hambiente chulisimo, rockero, artistico, amigable,tierno por lo de las guitarras,intimo, incluso romantico! Enserio me ha llegado, de hecho me gustaria saber como sigue...Y si, definitivamente quiero que se lien XD LO ESTOY DESEANDO!!! Me encanta Alex! La mejor!Gracias por escribir esta escena tan chula y tan bien contada :)

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  3. Joder! Me encanta... Sinceramente, es genial! Escribes de puta madre, mierdas! XDDDD Esto al lado de mis tonterías vampirescas es un aullido lobuno en toda regla.

    Si sigues así voy a tener que pedirte un autógrafo, Gito! ^^

    Au! Au! Au!

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  4. Ey Jorge! Soy Xion de Almería, te sigo :)

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