lunes, 29 de noviembre de 2010

Patrick

El hombre lobo, sentado allí en el sofá del salón del apartamento de su amiga y compañera de fechorías en aquel infame grupo, dio un largo trago al tercio que le había servido.

-¿Qué es eso de los nombres?

-¿Qué quieres decir?

-Antes has llamado a una de ellas Slash. ¿He oído mal?

-No, claro que no.-Dijo con una sonrisa en los labios-Es Slash, sí. Pero mi favorita, sin lugar a dudas, es Janis. La roja y negra.

Jason echó a reír mientras dejaba la bebida en la mesita.

-Vamos, no me jodas. ¿Le pones nombre a las guitarras?

-Claro, ¿Qué tiene de gracioso? Ni que tuviera que avergonzarme de ello.-La mirada de Álex estaba prácticamente sentenciando al lobo negro.

-No, claro que no… Pero es cómo si las tratases cómo personas.

-Y así es-Ahora era ella quien daba el largo trago al tercio, más largo incluso que él-Es una manera de enfatizar mi amor hacia lo que creo con ellas. Una manera de agradecerles que con ellas sea capaz de vibrar, hacer sonar esas notas, sentir la música… Ya sabes. Joder, estás en mi grupo, y te preguntas por esas chorradas.-Cuando dejó la botella de cristal, sonó con un golpe seco.

-Es sólo que nunca me lo había planteado-Hizo una pausa demasiado larga, mirándola directamente a sus ojos de color miel. Ella dudaba de lo que el bajista le iba a decir-Realmente estás muy sola, ¿Verdad Álex?

La benjamina de los Fuzzy Fangs suspiró largamente, desviando la mirada hacia la pared dónde habían dejado los instrumentos. Miró fijamente el bajo de Jason, aquel larguirucho bajo frío de color gris difuminado, tan frío y seco que se acababa convirtiendo en ese desolador negro. Pensó, no obstante, que le iba bien a Jason. Se levantó y fue directa hacia él. Lo retiró del apoyador y se lo colgó ella misma, a espaldas del lobo negro, que la miraba con curiosidad mientras remataba ese tercio. Entonces, suavemente, con sus dedos finos y ágiles de guitarrista, acarició las resistente y gordas cuerdas del bajo. Hizo un leve sonido apagado. Trató de tocar unos acordes, y luego paró. Se giró hacia Jason con un rostro preocupado.

-¿Sabes? Le falta algo.-Dijo con cierto retintín.

-¿Qué?

Entonces, descolgó al compañero del bajista y lo dejó caer entre sus brazos. Este, dubitativo, lo recogió a duras penas y casi se levantó. Mejor dicho lo hizo, intercalando miradas entre la loba y su fiel compañero, mientras esta cogía las botellas vacías y se dirigía a la cocina del apartamento.

-Voy a por otra. ¿De verdad no te sugiere nada?

Y mientras estaba en la cocina, Jason miró casi embobado al grisáceo amigo, a aquel mástil viejo y largo que tantos momentos le había brindado, tantas noches había dejado caer su confianza en él. Tantos sueños le había hecho vivir cuando perdía las ganas de dormir, repentinamente.

-Patrick.-Dijo, rápido y seco, y no lo volvió a repetir. Sólo lo miró una vez más, parpadeando, y sonrió. Era una tontería, pero notó como quizá ese algo aparecía. Él también parecía algo más contento. Sabía que tenía ganas de bailar.
Álex entro entonces con otra ronda de cervezas que dejó sobre la mesita y miró arqueando una ceja a Jason cuando este se había colgado el bajo, preparado para tocar.

-Has dicho que Maggie no viene hoy a dormir, ¿No?

-Sí, se va con un amigo…

-Pues sigamos tocando, ya beberemos más tarde.

Álex sonrió. Había despertado una sensación vital en ella. De todos los del grupo, la loba caoba era la que más disfrutaba con el instrumento en sí, con el sonar de esos ritmos artísticamente creados con pasión como el amor de un lobato a su inconfundible luna. Se colgó a Janis, y le ofreció los cables del amplificador a Jason.

No se dijeron nada y tocaron durante prácticamente una hora. Era el mejor de los ensayos que habían hecho esta semana, tan sólo guitarra y bajo, aliados perfectos bajo aquella noche y silenciosa. Janis y Patrick se llevaban ahora estupendamente, sobre todo cuando la vívida guitarra por fin supo la identidad de su reservado y tranquilo compañero, como un signo de confianza. Jason parecía haber notado eso, y tocó mejor que de costumbre, dejándose llevar en sus ritmos por los rápidos y frenéticos riffs que surgían de los dedos de Álex al abrazar de lleno a Janis. Cuando terminaron, aún se quedaron en silencio durante unos minutos más. Se miraron al desconectar los instrumentos y dejarlos de nuevo en su reposo, uno al lado del otro.

-Se han calentado las cervezas.-Dijo el lobo negro.

-No importa, he comprado unas cuantas más. Si quieres…

Jason la miró esta vez con otros ojos, deseando que lo dijera.

-Si quieres puedes quedarte esta noche y tocamos un poco más. Este piso es muy aburrido cuando está vacío y a Margaret no le va a importar que uses su cama, o el sofá. Aunque por tu mirada diría que has perdido el sueño…

-Genial-Contestó de buena gana el bajista-Además, supongo que ya lo habrás notado, pero Patrick no tiene, para nada, ganas de volver a dormirse.

Around The World



La semana pasada, un compañero de clase me recordó cuan genial es este vídeo. Michel Gondry es un autor tan especial como su propio imaginario, toda una delicia.

Ahora me cuesta quitarme los ritmos de Daft Punk de la cabeza. ¡Es genial!

Around The World, Aa-round The Woo-orld...

jueves, 25 de noviembre de 2010

¡Animosos!


Cada vez me parecen más amos. ¡Próximamente Scotty se dejará caer por aquí!

Conforme queden los cómics leidos, una reseñita no puede faltar por aquí. Si todavía estais pensando en ver algo en el cine y no os habeis decidido, echadle un ojo a la peli, no creo que os defraude.

Últimamente no sólo ha sido muy divertido, sino en cierta manera inspirador.




miércoles, 24 de noviembre de 2010

Aullido ahogado de Bajo

Había salido demasiado tarde del Bonnie Hits, estaba medio borracho y aún así las cervezas no habían ayudado a calentar el tambaleante cuerpo del lobato, que caminaba helado por las frías calles nevadas de ese martes aburrido y fatídico. Hoy Harvey no estaba especialmente hablador, hoy Álex no había estado especialmente presente en el ensayo. Le habría preguntado lo que pasaba de no ser por su extraña timidez repentina casi adolescente, cómo si no fuea mayorcito, cómo si no intuyera lo que pasaba. Quizá algún problema con aquel rubio idiota al que no le importaría partirle los nudillos en la cara ahora mismo. Quizá se estaba obsesionando demasiado, o quizá era el alcohol.

Quizás, quizás. Demasiado quizás en la vida de Jason. Demasiado quizás y poco dinero en sus bolsillos. Demasiados quizás y un corazón vacío, y la incertidumbre de no saber por qué cojones no le dejaban hacer. No le dejaban ser lo que quería ser por ser lo que estaba destinado a ser. Un puto peludo del bosque. Sólo uno más. Alfa, Beta, Gamma... ¿Que cojones?

Él lo que quería era tocar el bajo.

Casi se abalanzó sobre él cuando llegó a casa y prácticamente tiró las llaves y la chupa al suelo. Patrick no estaba ni contento ni triste de verle. Sólo estaba ahí, estático, con su superfície gris cromada y difuminada hasta convertirse en negro. Conectó el miniampli que tenía y los auriculares, no sea que el vecino se pusiera a gritar y a amenazar con llamar a los azulitos. Tenía suerte de que no estuviera tan borracho, pensó. Normalmente no se lo habría pensado tanto.

Los acordes de Feel Good Inc. le hacían sentir precisamente así. A veces se saltaba el ritmo, a veces tocaba más rápido de lo normal, ignorando la voz de Albarn en su mente y centrándose sólo en Murdock, queriendo aplastarlo de lo mucho que lo admiraba. Que capullo eres, Jason, tocando canciones de otros grupos cuando deberías centrarte en el tuyo, pensó. Pero eso le relajaba. Esa canción, ese grupo, le hicieron vibrar de jovencito y lo seguirían haciendo, eran unas de sus principales motivaciones para coger a Patrick y darle un meneo, sacarlo de fiesta. Y vaya si le daba, vaya si le daba, queriendo olvidar lo que el alcohol no le brindaba.

Pero la imagen de su guitarra permanecía en su cabeza. Tocar a Patrick junto a Slash era todo un sueño, era una sensación diferente. No era como con el resto de guitarras. Pero por mucho que tratar de autoconvencerse, sabía que era por los dedos de Álex.

O era por Álex en sí.

Se cabreó de repente, seguramente por el alcohol en vena o por no poder sacarse esa imagen de la cabeza, como un puto crío de dieciseis años. Maldijo a Patrick por no ayudarle lo suficiente pero enseguida se arrepintió. Aún así lo dejó de nuevo en su reposo estático, somnoliento y frío, como siempre, a la espera de que su señor volviera a hacerle vibrar.

Su señor, en cambio, abrió la ventana y observó la luna entre la escarcha del cristal. Era cuarto menguante. Así no podía sentirse liberado, no podía hasta que pasara prácticamente casi un mes. Y un cojón. Se llevó una mano al bolsillo del vaquero y sacó la bolsita. Quedaban tres de esas putas pastillas. Sebastian siempre dijo que más vale prevenir que curar, tener algo siempre en el bolsillo, por si las moscas. Puto peludo usurero, que mentiroso, y a la vez cuanta razón tenía.

Odiaba las doble uve. No le gustaba sobreexcederse en su transformación, no le gustaba volverse loco y gritarle a la ciudad con toda su salvaje rabia. No le gustaba despertar tirado entre la basura de un callejón y luego ver algún desastre en las noticias. ¿Pero quien no ha cometido fallos alguna vez?

Se tomo una mientras abría la ventana y el cortante frío ni siquiera fue suficiente para calmar el dolor de la transmutación repentina. Siempre era así. Sólo era un poco más agradable en Luna Llena, y sabía que por culpa de la puñetera doble uve de Sebastian no lo sería tanto la próxima vez. Pero valía la pena respirar como el animal que era, posarse frente a la ciudad como el animal que era, con el pelaje negro y tosco recubriendo su enorme cuerpo, las ganas de aullar reprimidas por miedo al descubrimiento, pero la impulsividad necesaria para saltar por la ventana y dejarlo todo a la suerte del instinto.

Y ahora, para el pobre diablo de Jason, comenzaba de verdad la noche.

Zombillenium



He decidido empezar a hacer críticas y recomendaciones de cómics en el blog, puesto que leo bastante, y es un tema en el que los que me conoceis habréis notado que me ENCANTA hablar. Nunca está de más tratar de promocionar el noveno arte, aunque sea entre los tuyos, y como ya dije alguna vez: "Es un gusto ver como el cómic se va haciendo un hueco entre artes como la literatura y el cine". Y es verdad, el cómic puede expresar tanto como esas y las demás. Creo que el truco reside en tratar de disfrutarlos todos, todas las artes son cultura, todas nos aportan algo y todas nos inspiran y nos hacen sentir.

En un principio, pensaba estrenar "sección" con otro cómic que me pareció sobresaliente del cual hablaré próximamente... Pero como este lo tengo más fresco, allá vamos.

Zombillenium es un cómic Europeo de un artista francés llamado Arthur De Pins, un maestro del diseño para animación y conocido dentro del mundillo por sus "peque pin-ups", muy graciosas, coloristas y resultonas que resaltan todo el espíritu de ese género que creo que todos conocemos. Es un dibujante francés y esta no es su primera incursión en el mundo del cómic, pero creo que sí dentro del género fantástico.

Zombillenium tiene un argumento sencillo pero original: Cuando una persona se muere, cabe la posibilidad de que en vez de irse al más allá se transforme en un "monstruo", un monstruo clásico de los cuentos populares y demases historietas que hemos escuchado todos, vease: vampiros, hombres lobo, zombies, momias, criaturas del pantano, hombres invisibles... Toda una caterva de criaturas de las que una es seleccionada y en ese estado se hace revivir al muerto en cuestión. En ese momento, firmas un contrato de por vida en Zombillenium, que no es nada más ni nada menos que un enorme parque de atracciones con temática terrorífica. Si no eres puntual en el trabajo asignado, si no estás en Zombillenium a la hora concreta, simplemente te desintegras en llamas y cenizas para no volver a aparecer jamás, así funcionan las cosas para los redivivos.

La historia se centra en Aurelien, un chico de mediana edad que lleva una vida bastante penosa, su mujer le ha puesto los cuernos con su profesor de tai chi y, por esa razón y en su profunda depresión, decide atracar una tienda sin mucho éxito. Y tan poco es ese éxito que cuando sale de la tienda más deprimido que asustado es atropellado por un coche... Y transformado en una criatura muy especial. Tan especial que revolucionará las bases del propio Zombillenium. Hasta aquí puedo leer, pues hablar más podría ser spoilear demasiado.



Con este pretexto De Pins nos ofrece una obra de 48 páginas muy pero que muy ligera, rápida y amena de leer, con un guión sencillísimo que no busca más allá del entretenimiento puro del lector. La historia se mueve a base de gags y situaciones comprometidas y cómicas entre los personajes que hacen uso de las características especiales de los monstruos(Con homenaje a "Thriller" de Michael Jackson incluído) que te hacen sacar más de una sonrisa en esas 48 paginitas. Todo ello aderezado con el característico estilo modernista del autor, con una narrativa bastante pausada y cinematográfica en la que resalta su diseño de personajes y el tratamiento del color, con mucho gris y verde muy industrializado que nos dan esa sensación de "monstruos modernos" que trata de plasmar el autor.

En contra decir que, para mi gusto, aunque como entretenimiento puro está muy bien, y a pesar de que hay bastante número de personajes y a alguno le acabas cogiendo una cierta empatía especial(Como en mi caso a Sirius el esqueleto y Aton la momia), la profundización en ellos y sus historias es bastante modesta y en ocasiones nula, lo que hace que toda la trama no termine de arraigar con la fuerza que debería. Aunque, por lo menos, no quiere pretender ser una obra esencialmente dramática, así que funciona muy bien.



En general, mi valoración es muy positiva y la recomiendo a todos los amantes del estilo tan característico de De Pins, el cómic europeo en general, los monstruos clásicos del horror de toda la vida y a aquel que quiera echarse unas risas y algún que otro momentazo por el buen precio de 14 euros, que por el gran tamaño y la perfecta calidad de impresión del libro están más que aprovechados.

Será una serie de tres libros, bastante asequible y continua(tenemos un buen cliffhanger al final del libro 1), que promete al menos entretener, y que no creo que defraude en ninguna de sus ligeras pretensiones.

Aqui os dejo un avance animado de lo que es en sí la obra:
http://www.youtube.com/watch?v=dzSDqgN10rY

¡Un saludo muy grande!

martes, 16 de noviembre de 2010

Impulsos




Hace tiempo que no actualizo el blog, bastante tiempo a decir verdad... Es una cosa que en cierta parte me molesta, puesto que me prometí a mi mismo que tendría una mínima constancia, que me esforzaría por dejar algo aquí, entre las líneas que tanto predigo que camino, y al final se quedan en nada.

Quizá siempre he sido un vividor de esas líneas, más que de plasmarlas. Me cuesta hacerlo, pero realmente las siento cuando un día acaba y a la mañana siguiente me levanto con ese regusto a haberlo vivido, y realmente quiero expresarlo, pero no me nace, no me sale. Soy un tipo reservado en general, pero trato de expresarlo todo como buenamente puedo.

No obstante, tengo muchísimas razones para seguir con el blog, y eso haré. Estos últimos meses han sido muy buenos para mi. Puedo decir que no tengo razones para no escribir. Todavía tengo muchos impulsos internos, pero me cuesta sacarlos. Tengo que encontrar esa manera de hacerlo, esa manera de sacar lo que hay dentro de mí y mostrarlo. Todos los que estais en mi vida desde hace poco más de unos meses os lo emreceis. Todos sois amigos, conocidos, compañeros, familiares... Todos me habeis ayudado a crecer día a día. Realmente cada día aprendo algo nuevo y eso se nota. Ahora ha llegado el momento de que yo también suelte cosas, que el blog sirva para desahogarme, para opinar y desenmarañarme.

Esta semana plantea especial. El lunes fue realmente productivo, con ese proyecto de trabajo marchando a toda vela, sin frenos y sin necesidad de ellos, una apuesta arriesgada que me he propuesto ganar, y tras las palabras que me dijeron ayer los responsables de esta oportunidad, parece que no habrá tormenta y llegará a buen puerto. Ojalá sea así. Por otra parte, este martes está siendo realmente productivo. Me ha gustado la clase de tecnologías de la comunicación, aunque corta esta vez, siempre es un placer estar junto a mis amigos y compañeros, siempre es un placer reirme y aprender con ellos, siempre es un placer compartir experiencias. Me encanta esta carrera, espero que todo siga así por muchos años. Y hoy me he decidido a escribir en el blog, encima. El miércoles también plantea intenso, con esa película de algo que me han descubierto y me gusta mucho: Scott Pilgrim. Si me nace, hablaré de ella, aunque eso será después de haberla finalizado.

Lo más importante es que esta semana es tu cumpleaños. Seguramente esta sea mi mayor motivación, de hecho, no sabes cuanto me motivas. Gran parte de las cosas que hago día a día para seguir creciendo en mis aspiraciones, me las da la fuerza de tu inspiración. Estas semanas han sido increíbles contigo. He reido y he llorado junto a ti, he sentido muchas cosas, me he sentido como hará ya casi tres años... Siempre serás mi musa, y eso quiero creer, espero poder creer, que lo eres y serás. Tengo ganas de hablar y hablar contigo, de abrazarte, y de todas esas cosas que vienen a la carrera cuando uno siente. Porque esto es sólo para ti y para mi. Esos momentos son únicos e irremplazables. Dentro de unos días será tu gran día, y voy a tratar de que no lo olvides, como todos los grandes días que pasamos juntos.

Gracias a los que permitís que sea como soy, gracias por aportarme todo lo que siento, gracias por seguir ahí. Seguiré esta andadura, ahora con más fuerza que nunca.

La imagen, sí, quizás un poco pastelosa, pero incluso eso forma parte de mi mismo. Tengo ganas de abrazarte, tengo ganas de retirarte el peso que siempre cargas, quiero que sonrías como sólo sabes hacerlo. Te mereces todo eso y más.

Hoy he vuelto a ver ese fragmento de la serie que me gusta tanto, ese que tanto me recuerda a tantas cosas que han pasado. Ese que hace que nunca me canse de verlo y sentirlo. Ese que sin ser tremendamente filosófico, siendo un poco más directo y quizá natural o simplista, hace que me llegue tanto, que me recuerde a tantas cosas que hemos vivido juntos y que quiero seguir viviendo. Dedicado a ti, por supuesto.

“No voy a morir. Nadie va a morir. No dejaré que nadie muera. Puedes verlo… No vamos a dejarte sola. No te molestes en decirme que huya. ¿Tratabas de cargar con todo ese peso sola? No te comportes como una extraña. Llora y pide ayuda. Apóyate en mí con tu nariz llena de mocos. Llora cuando sientas ganas de llorar, ríe cuando sientas ganas de reír. Cuando llores y pongas una cara fea, lloraré y te pondré una cara aún más fea. Cuando te rías tanto que hasta tu estómago te duela, yo me reiré todavía más fuerte… Debes compartir tu carga, no tienes porque llevarla sola. Yo me haré cargo de eso, nosotros podremos hacernos cargo… Así es como debe ser. Es mucho mejor ensuciarse mientras vives bajo tus propias creencias que olvidarte de ti mismo y morir limpiamente.”


¡Un saludo a todos y fuerza!

PD: Por si a alguien le interesa, frikimente hablando, el autor de esa frase es Gintoki de la serie japonesa Gintama. Uno de los mejores protas jamás creados dentro del mundillo, a mi parecer. ¡Que aproveche!

martes, 14 de septiembre de 2010

Spider's Web



Esta mañana me he levantado y me he sentado delante del teclado a pensar qué es lo próximo que voy a escribir. Soy bastante perezoso e irónicamente, ha resultado que en verano es cuando menos tiempo he tenido para escribir algo de cosecha propia. Tengo varias cosas en mente, y muchas otras pendientes. Esta vez lo hago por prioridades, y ya sé lo que quiero escribir. Cuando me pongo a ello, pienso, y me doy cuenta de cuanto me rodea este tema.

Estaba escribiendo sobre traumas.

Ahora mismo estoy inmerso en una obra que me hace mucha ilusión, cuya temática principal son los traumas. Me he puesto a escribir unas cuantas viñetas, tratando de meterme en la psicología de los personajes que tenemos en el cajón de ideas particular y cuando estab en ello, me he dado cuenta de la potencia que los traumas tienen sobre la vida.

En mi vida, he estado rodeado de historias sobre traumas, causas cuyo detonante han sido traumas, y bastantes decisiones condicionadas por ello. La semana pasada, me puse a ver una serie de animación, en el cual el villano parecía uno de estos malos que son malos porque el mundo los ha hecho así, de estos que dices: "Joder, cómo te divierte destruir por destruir, cabronazo". Son de esos personajes por los que desarrollas una antipatía particular, aunque ames su personalidad o su diseño. te provoca antipatía porque piensas que no tiene una razón para hacerlo, y entonces... ¡Zas! Al final de la saga descubres que las motivaciones del antagonista han sido por un trauma que tenía desde bien jovencito, que le ha hecho ser un verdadero cobarde y... Bueno, un montón de diversas historias de estas que hacen que te entren ganas de crear cuando terminas de disfrutarlas. Al final resulta que la antipatía se transforma en pena, en comprensión, y queremos abrazar al villano. De repente nos cae bien y le perdonamos todo lo que ha ocurrido. ¿Tan fuerte es el sentimiento de un trauma para entregarnos a la otra cara de la moneda tan fácilmente?

Por el otro lado, me doy cuenta de cuanto los traumas son capaces de "esculpir" a una persona. Disfrazan la personalidad y te hacen creerte algo diferente. En mi vida me he cruzado con muchos compañeros que ahora han perdido el contacto conmigo, algunos llegaron a ser muy buenos amigos. tengo la suerte de que la mayoría han sido por no mantenernos en contacto. Cuando nos vemos nos saludamos, hablamos de quedar, tomar algo y hablar de lo que ha pasado estos años, coño, de por qué te han salido pelos en la barba cuando antes eras un crío mocoso, por ejemplo. Con algunos pasa, con otros sólo lo hablas y nunca te tomas ese algo ni dices nada de nada. Acabas afeitándote y ese día ves a los mismos de siempre, que lo piensas y no son realmente los de siempre, son los de siempre a partir de ahora, pero son los mejores en ese mismo momento. Luego están los del otro tipo, los que se mienten a sí mismos, se crean un personaje que interpretan a la perfección. Tú te crees que es así y te haces un gran amigo de dicha persona, y al cabo de meses, quizá años, descubres que él no es así, que tiene otros gustos ocultos, que no le gusta tanto lo que hace sino que lo hace porque es popular y guay, pero que le encantaría estar haciendo esto otro. Esas personas te acaban abandonando de forma egoísta, te tratan como el mejor de los amigos hasta que sienten la necesidad de mudar su disfraz y crear uno nuevo para gustar a aquellos nuevos que le resultan más atractivos, yo diría más aprovechables. Muy egoísta, sí. Pero ojo, que luego ellos son los últimos que tienen la culpa, no vaya a ser que te enfades con ellos ni creas que no hacen las cosas por ti. Ya.

Una vez más, todo ocurre por un trauma, porque la sociedad no te hace sentir bien siendo tú mismo. Yo nunca he entendido eso, porque siempre he hecho lo que he podido dentro de lo buenamente posible, siempre me ha gustado lo que me ha gustado, siempre he tenido capacidad de decisión sin influir ni joder a los demás. Y lo cierto es que no soy como muchos de aquellos que se denominan populares.

¿Cómo pueden crear sentimientos tan ambiguos? En ambos casos, los traumas son detonantes, pero uno tiene efctos positivos, otros negativos. Aunque no nos equivoquemos, un trauma nunca, nunca, será positivo para nadie en ningún momento. Deja de serlo en el momento en el que condiciona tu vida entera y dejas de ser tú. Aunque te hayas olvidado ya de .

Al final, te das cuenta de que los personajes con un trauma elaborado y bien descrito son los que más le llegan a uno mismo, y a los demás. ¿Por qué? porque es la realidad. Esos personajes son los más semejantes a nosotros en la realidad, admitámoslo, que muchos de los que nos rodean podrían llamarse personajes y si fueran sinceros lo corroborarían sin pensárselo dos veces.

Al final, los traumas se me hacen como una telaraña, circular, con muchos hilos, muchas conexiones, pero todo gira en torno a un centro. En el centro está la presa, el foco del trauma, y la araña, el traumado que quiere devorarla. Pero para que una red sea efectiva, debes hacerla grande, debes hacer el trauma vívido, creerte el personaje, creer que estás haciendo lo correcto.

¿Lo moral? No, lo socialmente correcto.

Y al final del final, descubro lo que me encanta escribir sobre traumas. Mi madre siempre dijo que me gustaría estudiar psicología, y es cierto, pero prefiero mucho más crear, crear y crear. A veces, siento como algunas de mis creaciones están atadas al sentimiento de trauma de los personajes, pero me he dado cuenta de que no es una atadura, es una convicción. He aprendido que me gusta escribir sobre ello, que escribo lo que quiero porque quiero, no porque sea guay, tampoco porque sea lo socialmente correcto. Sólo trato de dar una visión, la visión de esa red en la que no me siento partícipe, sino espectador, y ala vez hilado en algunas de sus conexiones. Tan rodeado de gente con traumas e historias con traumas e irónico que yo no haya tenido nunca uno de esos tan importantes. Mi vida sigue como creo que yo debo seguir, siendo honesto y sincero. O al menos lo intento, perdonadme si no es así.

Al final, este tipo de historias son las más vívidas, las más reales. Y creo que es porque el mundo está rodeado de esa telaraña social tan potente y resistente. ¿creeis que es así, o estoy siendo muy pesimista?

Sea como fuere, seguiré escribiendo sobre ello. Me encantaría enseñarle al mundo mi visión sobre su telaraña personal. Sobre como los buenos no son tan buenos ni los malos son tan malos.

Simplemente somos humanos.

P.D: La imagen se la he tomado prestada a este chico, que ha hecho una foto muy bonita, http://mjagiellicz.deviantart.com/