miércoles, 24 de noviembre de 2010

Aullido ahogado de Bajo

Había salido demasiado tarde del Bonnie Hits, estaba medio borracho y aún así las cervezas no habían ayudado a calentar el tambaleante cuerpo del lobato, que caminaba helado por las frías calles nevadas de ese martes aburrido y fatídico. Hoy Harvey no estaba especialmente hablador, hoy Álex no había estado especialmente presente en el ensayo. Le habría preguntado lo que pasaba de no ser por su extraña timidez repentina casi adolescente, cómo si no fuea mayorcito, cómo si no intuyera lo que pasaba. Quizá algún problema con aquel rubio idiota al que no le importaría partirle los nudillos en la cara ahora mismo. Quizá se estaba obsesionando demasiado, o quizá era el alcohol.

Quizás, quizás. Demasiado quizás en la vida de Jason. Demasiado quizás y poco dinero en sus bolsillos. Demasiados quizás y un corazón vacío, y la incertidumbre de no saber por qué cojones no le dejaban hacer. No le dejaban ser lo que quería ser por ser lo que estaba destinado a ser. Un puto peludo del bosque. Sólo uno más. Alfa, Beta, Gamma... ¿Que cojones?

Él lo que quería era tocar el bajo.

Casi se abalanzó sobre él cuando llegó a casa y prácticamente tiró las llaves y la chupa al suelo. Patrick no estaba ni contento ni triste de verle. Sólo estaba ahí, estático, con su superfície gris cromada y difuminada hasta convertirse en negro. Conectó el miniampli que tenía y los auriculares, no sea que el vecino se pusiera a gritar y a amenazar con llamar a los azulitos. Tenía suerte de que no estuviera tan borracho, pensó. Normalmente no se lo habría pensado tanto.

Los acordes de Feel Good Inc. le hacían sentir precisamente así. A veces se saltaba el ritmo, a veces tocaba más rápido de lo normal, ignorando la voz de Albarn en su mente y centrándose sólo en Murdock, queriendo aplastarlo de lo mucho que lo admiraba. Que capullo eres, Jason, tocando canciones de otros grupos cuando deberías centrarte en el tuyo, pensó. Pero eso le relajaba. Esa canción, ese grupo, le hicieron vibrar de jovencito y lo seguirían haciendo, eran unas de sus principales motivaciones para coger a Patrick y darle un meneo, sacarlo de fiesta. Y vaya si le daba, vaya si le daba, queriendo olvidar lo que el alcohol no le brindaba.

Pero la imagen de su guitarra permanecía en su cabeza. Tocar a Patrick junto a Slash era todo un sueño, era una sensación diferente. No era como con el resto de guitarras. Pero por mucho que tratar de autoconvencerse, sabía que era por los dedos de Álex.

O era por Álex en sí.

Se cabreó de repente, seguramente por el alcohol en vena o por no poder sacarse esa imagen de la cabeza, como un puto crío de dieciseis años. Maldijo a Patrick por no ayudarle lo suficiente pero enseguida se arrepintió. Aún así lo dejó de nuevo en su reposo estático, somnoliento y frío, como siempre, a la espera de que su señor volviera a hacerle vibrar.

Su señor, en cambio, abrió la ventana y observó la luna entre la escarcha del cristal. Era cuarto menguante. Así no podía sentirse liberado, no podía hasta que pasara prácticamente casi un mes. Y un cojón. Se llevó una mano al bolsillo del vaquero y sacó la bolsita. Quedaban tres de esas putas pastillas. Sebastian siempre dijo que más vale prevenir que curar, tener algo siempre en el bolsillo, por si las moscas. Puto peludo usurero, que mentiroso, y a la vez cuanta razón tenía.

Odiaba las doble uve. No le gustaba sobreexcederse en su transformación, no le gustaba volverse loco y gritarle a la ciudad con toda su salvaje rabia. No le gustaba despertar tirado entre la basura de un callejón y luego ver algún desastre en las noticias. ¿Pero quien no ha cometido fallos alguna vez?

Se tomo una mientras abría la ventana y el cortante frío ni siquiera fue suficiente para calmar el dolor de la transmutación repentina. Siempre era así. Sólo era un poco más agradable en Luna Llena, y sabía que por culpa de la puñetera doble uve de Sebastian no lo sería tanto la próxima vez. Pero valía la pena respirar como el animal que era, posarse frente a la ciudad como el animal que era, con el pelaje negro y tosco recubriendo su enorme cuerpo, las ganas de aullar reprimidas por miedo al descubrimiento, pero la impulsividad necesaria para saltar por la ventana y dejarlo todo a la suerte del instinto.

Y ahora, para el pobre diablo de Jason, comenzaba de verdad la noche.

3 comentarios:

  1. Genial mi amor! Muy expresivo! Mucha fuerza x333 Eres genial! Y encima salen Gorillaz (L)!! *3*... Al principio creia que Patrick era un hombre lobo XD (el gris) pero recuerdo que ese era Jhon, que tonta...Me encanta como describes las sensaciones, sobretodo como has descrito lo de Alex x33 que por cierto ya es mi favorita, porque cada vez me la pones mas y mas adorable! (L) Me ha gustado mucho el final del fragmento, mola imaginarselo, ha sido un gustazo! Aunque creo que si no fuera porque me has contado quien es Sebastian (LOL sebastian)no tendria demasiado claro quien es...alomejor soy yo, pero ten cuidado con lo que sabes tu en tu cabeza y la informacion que transmites al lector (aunque ya te digo que alomejor soy yo la tonta que no se hubiese dado cuenta de que es un camello) Muy bien guapo sigue asi! :3

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  2. Qué decirte, Gito... ^^ Si es que ya lo sabes!! :)Ya sabes que mi amor platónico va a ser Harvey porque yo estuve a su lado en su nacimiento del nombre!!! xDDDD Además, es lo que me toca!
    Jason, pobre mártir desgraciado, me recuerda un poco a mi propio Zadquiel. Cómo nos gustan que sufran los desgraciados!!!! xP
    Mañana comentaré más mejor tu jugada, que con una sola palabra de momento: delicia! ^^
    Au, cacau!

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  3. Dios, me encanta como hablas de los instrumentos!
    Y la última descripción del lobo, me recuerda en la forma a un libro que me leí, y queda genial!

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