martes, 14 de septiembre de 2010

Spider's Web



Esta mañana me he levantado y me he sentado delante del teclado a pensar qué es lo próximo que voy a escribir. Soy bastante perezoso e irónicamente, ha resultado que en verano es cuando menos tiempo he tenido para escribir algo de cosecha propia. Tengo varias cosas en mente, y muchas otras pendientes. Esta vez lo hago por prioridades, y ya sé lo que quiero escribir. Cuando me pongo a ello, pienso, y me doy cuenta de cuanto me rodea este tema.

Estaba escribiendo sobre traumas.

Ahora mismo estoy inmerso en una obra que me hace mucha ilusión, cuya temática principal son los traumas. Me he puesto a escribir unas cuantas viñetas, tratando de meterme en la psicología de los personajes que tenemos en el cajón de ideas particular y cuando estab en ello, me he dado cuenta de la potencia que los traumas tienen sobre la vida.

En mi vida, he estado rodeado de historias sobre traumas, causas cuyo detonante han sido traumas, y bastantes decisiones condicionadas por ello. La semana pasada, me puse a ver una serie de animación, en el cual el villano parecía uno de estos malos que son malos porque el mundo los ha hecho así, de estos que dices: "Joder, cómo te divierte destruir por destruir, cabronazo". Son de esos personajes por los que desarrollas una antipatía particular, aunque ames su personalidad o su diseño. te provoca antipatía porque piensas que no tiene una razón para hacerlo, y entonces... ¡Zas! Al final de la saga descubres que las motivaciones del antagonista han sido por un trauma que tenía desde bien jovencito, que le ha hecho ser un verdadero cobarde y... Bueno, un montón de diversas historias de estas que hacen que te entren ganas de crear cuando terminas de disfrutarlas. Al final resulta que la antipatía se transforma en pena, en comprensión, y queremos abrazar al villano. De repente nos cae bien y le perdonamos todo lo que ha ocurrido. ¿Tan fuerte es el sentimiento de un trauma para entregarnos a la otra cara de la moneda tan fácilmente?

Por el otro lado, me doy cuenta de cuanto los traumas son capaces de "esculpir" a una persona. Disfrazan la personalidad y te hacen creerte algo diferente. En mi vida me he cruzado con muchos compañeros que ahora han perdido el contacto conmigo, algunos llegaron a ser muy buenos amigos. tengo la suerte de que la mayoría han sido por no mantenernos en contacto. Cuando nos vemos nos saludamos, hablamos de quedar, tomar algo y hablar de lo que ha pasado estos años, coño, de por qué te han salido pelos en la barba cuando antes eras un crío mocoso, por ejemplo. Con algunos pasa, con otros sólo lo hablas y nunca te tomas ese algo ni dices nada de nada. Acabas afeitándote y ese día ves a los mismos de siempre, que lo piensas y no son realmente los de siempre, son los de siempre a partir de ahora, pero son los mejores en ese mismo momento. Luego están los del otro tipo, los que se mienten a sí mismos, se crean un personaje que interpretan a la perfección. Tú te crees que es así y te haces un gran amigo de dicha persona, y al cabo de meses, quizá años, descubres que él no es así, que tiene otros gustos ocultos, que no le gusta tanto lo que hace sino que lo hace porque es popular y guay, pero que le encantaría estar haciendo esto otro. Esas personas te acaban abandonando de forma egoísta, te tratan como el mejor de los amigos hasta que sienten la necesidad de mudar su disfraz y crear uno nuevo para gustar a aquellos nuevos que le resultan más atractivos, yo diría más aprovechables. Muy egoísta, sí. Pero ojo, que luego ellos son los últimos que tienen la culpa, no vaya a ser que te enfades con ellos ni creas que no hacen las cosas por ti. Ya.

Una vez más, todo ocurre por un trauma, porque la sociedad no te hace sentir bien siendo tú mismo. Yo nunca he entendido eso, porque siempre he hecho lo que he podido dentro de lo buenamente posible, siempre me ha gustado lo que me ha gustado, siempre he tenido capacidad de decisión sin influir ni joder a los demás. Y lo cierto es que no soy como muchos de aquellos que se denominan populares.

¿Cómo pueden crear sentimientos tan ambiguos? En ambos casos, los traumas son detonantes, pero uno tiene efctos positivos, otros negativos. Aunque no nos equivoquemos, un trauma nunca, nunca, será positivo para nadie en ningún momento. Deja de serlo en el momento en el que condiciona tu vida entera y dejas de ser tú. Aunque te hayas olvidado ya de .

Al final, te das cuenta de que los personajes con un trauma elaborado y bien descrito son los que más le llegan a uno mismo, y a los demás. ¿Por qué? porque es la realidad. Esos personajes son los más semejantes a nosotros en la realidad, admitámoslo, que muchos de los que nos rodean podrían llamarse personajes y si fueran sinceros lo corroborarían sin pensárselo dos veces.

Al final, los traumas se me hacen como una telaraña, circular, con muchos hilos, muchas conexiones, pero todo gira en torno a un centro. En el centro está la presa, el foco del trauma, y la araña, el traumado que quiere devorarla. Pero para que una red sea efectiva, debes hacerla grande, debes hacer el trauma vívido, creerte el personaje, creer que estás haciendo lo correcto.

¿Lo moral? No, lo socialmente correcto.

Y al final del final, descubro lo que me encanta escribir sobre traumas. Mi madre siempre dijo que me gustaría estudiar psicología, y es cierto, pero prefiero mucho más crear, crear y crear. A veces, siento como algunas de mis creaciones están atadas al sentimiento de trauma de los personajes, pero me he dado cuenta de que no es una atadura, es una convicción. He aprendido que me gusta escribir sobre ello, que escribo lo que quiero porque quiero, no porque sea guay, tampoco porque sea lo socialmente correcto. Sólo trato de dar una visión, la visión de esa red en la que no me siento partícipe, sino espectador, y ala vez hilado en algunas de sus conexiones. Tan rodeado de gente con traumas e historias con traumas e irónico que yo no haya tenido nunca uno de esos tan importantes. Mi vida sigue como creo que yo debo seguir, siendo honesto y sincero. O al menos lo intento, perdonadme si no es así.

Al final, este tipo de historias son las más vívidas, las más reales. Y creo que es porque el mundo está rodeado de esa telaraña social tan potente y resistente. ¿creeis que es así, o estoy siendo muy pesimista?

Sea como fuere, seguiré escribiendo sobre ello. Me encantaría enseñarle al mundo mi visión sobre su telaraña personal. Sobre como los buenos no son tan buenos ni los malos son tan malos.

Simplemente somos humanos.

P.D: La imagen se la he tomado prestada a este chico, que ha hecho una foto muy bonita, http://mjagiellicz.deviantart.com/

martes, 7 de septiembre de 2010

Reasons

Bien, justo hoy me propongo empezar con este nuevo proyecto de blog. No es mi primera incursión en la blogosfera. Ya lo intenté una vez, hará cosa de dos años (y cabe decir que sin éxito, ni siquiera en satisfacción). Ahora vuelvo a las andadas, y la pregunta me la he hecho incluso a mí mismo, ¿Por qué?

Bueno, en dos años, las cosas que uno piensa, siente y vive pueden cambiar mucho. También las perspectivas, ademán de todo lo nuevo que uno conoce, y lo que es la evolución propia de uno mismo. Mi sueño es ser escritor, me gustaría poder escribir algo decente con lo que la gente pudiera sentarse y disfrutar, quizá soñar. Me da igual el formato, me da igual el método. Mi sueño es crear, y veo este blog como un pequeño templo en el que poder encontrarme conmigo mismo, a la vez que el resto pueden ver un pequeño reflejo de mi mundo.

Este blog no es personalmente para mi trabajo, del cual admito que soy muy cauto y un poco egoísta, me cuesta mostrarlo. Este es lugar para opiniones, reflexiones, desvaríos, creaciones, sueños... Y también para historias, también para líneas, frases e imaginaciones. ¿Por qué no? Tampoco soy tan egoísta en cuanto a eso.

Al fin y al cabo así es como me siento cada vez que estoy en esta nuestra blogosfera, Caminando entre líneas.

Sin más, bienvenidos a la morada de humilde servidor.